La Poesía del Renacimiento:
Este es el enlace donde podéis encontrar los sonetos de Garcilaso de la Vega:
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/91393064009350273000080/index.htm
Un ejemplo de soneto es:
http://www.cervantesvirtual.com/bib_autor/frayluisdeleon/
Durante el siglo XVI la poesía experimenta una mejora respecto al siglo anterior.
En la primera parte del siglo, Garcilaso encarna al ideal cortesano y será él, junto a su amigo Boscán, el introductor del soneto en nuestro país.
En la segunda mitad del siglo, los poetas religiosos tendrán mayor protagonismo, hecho relacionado con la situación social del momento. Destacamos a Fray Luis de León y a los místicos (San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús)
En la primera parte del siglo, Garcilaso encarna al ideal cortesano y será él, junto a su amigo Boscán, el introductor del soneto en nuestro país.
En la segunda mitad del siglo, los poetas religiosos tendrán mayor protagonismo, hecho relacionado con la situación social del momento. Destacamos a Fray Luis de León y a los místicos (San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús)
Este es el enlace donde podéis encontrar los sonetos de Garcilaso de la Vega:
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/91393064009350273000080/index.htm
Un ejemplo de soneto es:
Soneto XXIII
En tanto que de rosa y azucena se muestra la color en vuestro gesto, y que vuestro mirar ardiente, honesto, enciende al corazón y lo refrena; y en tanto que el cabello, que en la vena 5 del oro se escogió, con vuelo presto, por el hermoso cuello blanco, enhiesto, el viento mueve, esparce y desordena: coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto, antes que el tiempo airado 10 cubra de nieve la hermosa cumbre; marchitará la rosa el viento helado. Todo lo mudará la edad ligera por no hacer mudanza en su costumbre.La web de Fray Luis de León:
http://www.cervantesvirtual.com/bib_autor/frayluisdeleon/
Un ejemplo de una composición de este poeta es la Oda a la vida retirada (tópico del Beatus Ille):
Vida retirada ¡Qué descansada vida la del que huye el mundanal ruïdo y sigue la escondida senda por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido! 5 Que no le enturbia el pecho de los soberbios grandes el estado, ni del dorado techo se admira, fabricado del sabio moro, en jaspes sustentado. 10 No cura si la fama canta con voz su nombre pregonera, ni cura si encarama la lengua lisonjera lo que condena la verdad sincera. 15 ¿Qué presta a mi contento si soy del vano dedo señalado, si en busca de este viento ando desalentado con ansias vivas y mortal cuidado? 20 ¡Oh campo, oh monte, oh río! ¡Oh secreto seguro deleitoso! roto casi el navío, a vuestro almo reposo huyo de aqueste mar tempestuoso. 25 Un no rompido sueño, un día puro, alegre, libre quiero; no quiero ver el ceño vanamente severo de quien la sangre ensalza o el dinero. 30 Despiértenme las aves con su cantar süave no aprendido, no los cuidados graves de que es siempre seguido quien al ajeno abritrio está atenido. 35 Vivir quiero conmigo, gozar quiero del bien que debo al cielo a solas, sin testigo, libre de amor, de celo, de odio, de esperanzas, de recelo. 40 Del monte en la ladera por mi mano plantado tengo un huerto, que con la primavera de bella flor cubierto, ya muestra en esperanza el fruto cierto. 45 Y como codiciosa de ver y acrecentar su hermosura, desde la cumbre airosa una fontana pura hasta llegar corriendo se apresura. 50 Y luego sosegada el paso entre los árboles torciendo, el suelo de pasada de verdura vistiendo, y con diversas flores va esparciendo. 55 El aire el huerto orea, y ofrece mil olores al sentido, los árboles menea con un manso ruïdo, que del oro y del cetro pone olvido. 60 Ténganse su tesoro los que de un flaco leño se confían: no es mío ver al lloro de los que desconfían cuando el cierzo y el ábrego porfían. 65 La combatida antena cruje, y en ciega noche el claro día se torna; al cielo suena confusa vocería, y la mar enriquecen a porfía. 70 A mí una pobrecilla mesa, de amable paz bien abastada me baste, y la vajilla de fino oro labrada, sea de quien la mar no teme airada. 75 Y mientras miserable- mente se están los otros abrasando en sed insacïable del no durable mando, tendido yo a la sombra esté cantando. 80 A la sombra tendido de yedra y lauro eterno coronado, puesto el atento oído al son dulce, acordado, del plectro sabiamente meneado. 85 Si quieres saber más sobre San Juan de la Cruz, puedes volver a ver el vídeo sobre él: http://www.cedecom.es/cedecom-est/tesis.asp Un poema muy famoso de San Juan es Llama de amor viva: Llama de amor viva ¡Oh llama de amor viva que tiernamente hieres de mi alma en el más profundo centro! Pues ya no eres esquiva acaba ya si quieres, 5 ¡rompe la tela de este dulce encuentro! ¡Oh cauterio süave! ¡Oh regalada llaga! ¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado que a vida eterna sabe 10 y toda deuda paga! Matando, muerte en vida has trocado. ¡Oh lámparas de fuego en cuyos resplandores las profundas cavernas del sentido, 15 que estaba oscuro y ciego, con estraños primores color y luz dan junto a su querido! ¡Cuán manso y amoroso recuerdas en mi seno 20 donde secretamente solo moras, y en tu aspirar sabroso de bien y gloria lleno, cuán delicadamente me enamoras! La web de Santa Teresa de Jesús: http://www.cervantesvirtual.com/bib_autor/santateresa/
Un poema de Santa Teresa es el siguiente:
Vivo sin vivir en mí Vivo sin vivir en mí, y de tal manera espero, que muero porque no muero. Vivo ya fuera de mí después que muero de amor; 5 porque vivo en el Señor, que me quiso para sí; cuando el corazón le di puse en él este letrero: que muero porque no muero. 10 Esta divina prisión del amor con que yo vivo ha hecho a Dios mi cautivo, y libre mi corazón; y causa en mí tal pasión 15 ver a Dios mi prisionero, que muero porque no muero. ¡Ay, qué larga es esta vida! ¡Qué duros estos destierros, esta cárcel, estos hierros 20 en que el alma está metida! Sólo esperar la salida me causa dolor tan fiero, que muero porque no muero. ¡Ay, qué vida tan amarga 25 do no se goza el Señor! Porque si es dulce el amor, no lo es la esperanza larga. Quíteme Dios esta carga, más pesada que el acero, 30 que muero porque no muero. Sólo con la confianza vivo de que he de morir, porque muriendo, el vivir me asegura mi esperanza. 35 Muerte do el vivir se alcanza, no te tardes, que te espero, que muero porque no muero. Mira que el amor es fuerte, vida, no me seas molesta; 40 mira que sólo te resta, para ganarte, perderte. Venga ya la dulce muerte, el morir venga ligero, que muero porque no muero. 45 Aquella vida de arriba es la vida verdadera; hasta que esta vida muera, no se goza estando viva. Muerte, no me seas esquiva; 50 viva muriendo primero, que muero porque no muero. Vida, ¿qué puedo yo darle a mi Dios, que vive en mí, si no es el perderte a ti 55 para mejor a Él gozarle? Quiero muriendo alcanzarle, pues tanto a mi Amado quiero, que muero porque no muero.
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